jueves, 2 de febrero de 2012

"El Chalet de Sofi" de @cheeechu235


Uff que calor que hace... menos mal que ya estamos llegando...

El cielo se torna blanco con el calor de la tarde siempre, parece que perdiera el color, color que por la noche siempre aparece, y esa noche en especial iba a ser especialmente calurosa, y en general, inolvidable...

Llegamos por fin al chalet de Sofi, que estaba a las orillas de una laguna (que chapuzón nocturno me estaba imaginando...).

El chalet era inmenso, una casa para veranear con su familia... tenía 3 plantas enormes: la planta baja donde se encontraba el salón con la zona de comedor que cabrían como 20 personas, y la zona de los sillones para sentarse relajadamente a ver la tele; la cocina, y un par de habitaciones. La planta alta donde estaban los 4 dormitorios dos de ellos con camas de matrimonio y los otros con varias camas individuales. Y el sótano donde tenían la sala recreativa con un billar en medio, una barra tipo americana con butacas y la bodega de vinos. Lo tenían todo bien previsto en esa familia, desde luego, por pasta no sería... Alrededor de la casa se encontraba un jardín de hierba y por supuesto la kilométrica piscina, en la que seguro pasaríamos bastante rato ese día...

Éramos 4 chicos y 4 chicas los que, tras los duros exámenes de junio de 1º de la universidad, finalmente nos habíamos decidido a venir, parecía el plan perfecto...

Compramos varias botellas para que no faltase bebida y provisiones suficientes para el fin de semana.
Daban las 18h de la tarde cuando estaba ya todo montado. La música sonaba en los altavoces, las cervezas comenzaban a caer y nosotros en la piscina disfrutando de la tarde soleada. ¡Qué plan hay mejor que este! Le decía a mi amigo Javi, mientras veía como dos chicas luchaban por hacerse ahogadillas, y nosotros mirando desde el borde de la piscina con una cerveza en la mano. Sofi, llevaba un bikini blanco que le transparentaban los pezones y era imposible no mirarla cada vez que salía del agua para volver a lanzarse, siempre dejando miradas cuando pasaba cerca… era un espectáculo de chica.
La tarde fue cayendo pero no nuestras ganas de fiesta, que continuaron con la típica barbacoa para llenar el estómago que ya rugía después de todo el día allí. Tras quedar llenos nos tumbamos en las hamacas para reposar un poco la comida.
Las hamacas eran grandes, entraban dos personas, así que a la que pasó Sofi, la dije que se podía tumbar conmigo y eso hizo. El solo olor de su pelo, me ponía los pelos de punta. Si no hubiera habido nadie más en aquel momento, me la hubiera puesto debajo y la habría follado hasta que llegara el alba. Mis ganas de hacer eso tuvieron que esperar por el momento, demasiados ojos cerca. Eso sí, llevaba una camiseta blanca de tirantes y no, no llevaba sujetador debajo. Tenía un cuerpo increíble, sus pechos eran pequeños pero perfectos y su culo era imposible no quedarte mirándolo, además de sus dos ojos verdes detrás de un flequillo que constantemente caía por su frente.
Llego la noche, y las dos parejitas que habían venido juntos decidieron desaparecer misteriosamente a las habitaciones de la planta alta... y en el salón nos quedamos: Sofi, mi amigo Javi, más pendiente del alcohol que de lo que se cocía en el ambiente, no tardaría en caer a la velocidad de engullir cervezas... Jessi, que había sido convencida por Sofi para venir, y se notaba que ella ya había vivido más de una fiesta... rubia, ojos azules que decían claramente lo que ella pensaba en cada momento, y su cigarrito en la mano que se llevaba a esos labios carnosos, que tantas veces en clase había imaginado como acababan posándose sobre mi polla mientras yo la miraba atónito... y por último yo, que ni mucho gimnasio, ni poco, seguía manteniendo algo de lo que me había dado el fútbol en el instituto... empezaba a necesitar un corte de pelo. Pero era algo que no me molestaba, peinarse era para otros días...

Después de beber ese día una cervecitas , y de los baños en la piscina, donde tuve que tener cuidado con los roces en las ahogadillas con Jessi, (buff era fuego esa chica) y de arrimarme lo suficiente a Sofi, pero no demasiado (me vuelve loco desde que la vi entrar en clase con esas gafitas de pasta, mirando al suelo...), nos encontramos en el salón con la música de fondo a lo que Jessi comentó "he traído una cosita para animar el ambiente" y sacó de su vaquero, que tapaba poco más que medio culo, dos dados... donde en uno ponía: boca, orejas, cuello, tetas, pezones y una interrogación; y en el otro, ya os imagináis, besar, morder, etc.

Javi, sin previo aviso, salió corriendo, imagino a sacar todo lo que había entrado esa noche y ya no volvió. "Ahora somos solo 3" se me ocurrió decir y respondió Jessi "más para ti", era toda provocación desde que habíamos llegado, y yo ya con solo mirarla se me empezaba a levantar...

Jessi le pidió a Sofi que trajera tres vasos de chupito y los llenó con una de las botellas de tequila que habíamos comprado, aun sin tocar.
 "Esto funciona así" dijo Jessi con una sonrisa en esos labios rojizos, "primero se elige con quien vas a hacerlo, y luego se tiran los dados, antes claro hay que beber el chupito". Sofi ponía cara de no estar segura, pero al final, accedió y Jessi se relamía, cada vez que nos miraba a uno de los dos...

"Bueno quién empieza dijo Jessi...”, a lo que siguió, "venga nene lánzate, me presto para tu primera vez". La mire con cara de tonto, y sin saber que decir, directamente, lo siguiente fue tener los dados en una mano y el chupito en la otra, lancé y salió, “besar” “cuello”.
Me acerqué, tome el chupito de un trago (bajo más deprisa de lo normal) y empecé a saborear su cuello, uff  el tacto de su piel me la ponía dura, y su piel se empezó a erizar en cuanto la tocaba.

A  continuación, aJessi le tocó Sofí; tiro los dados y la besó sin darla tiempo a asimilarlo…, que imagen, entonces yo ya estaba hirviendo... como sus manos agarraban sus pechos mientras sus lenguas chocaban al principio con timidez y luego con furia. El piercing que  llevaba Jessi en la lengua no hacía más que imaginar que era lo siguiente que podría estar chupando…

Sofi tiró y le tocó besarme a mí. Como con Jessi, empezó tímida, pero enseguida se animó. Era una leona encerrada en el cuerpo de una gata. Su lengua no paraba de moverse… si no fuera por el tequila, estoy seguro que sabría a fresa…
Después me tocó con ella y salió "morder" "pezones". Yo me acerqué a ella y poniéndome de rodillas en el suelo, le levanté la camiseta de tirantes. En cuanto le quité esa camiseta blanca,  pude ver esos dos bultitos que me llamaban desde hacía ya, varios minutos y que yo al principio toqué con un dedo, pasé la lengua por encima, y empecé tras eso, a chupar con delicadeza, rozando con los dientes, para que ella lo notara más, empezando incluso a resoplar cuando yo lo hacía... no quería parar y ella no quería tampoco que parase, pasaba de un pezón a otro y no dejaba de mirarla, como entrecerraba los ojos y me acariciaba el pelo, mientras se mordía el labio inferior…

Sin previo aviso, y perdiendo la noción del tiempo que llevábamos así, encontré la mano de Jessi, metiéndose en mi bañador para encontrar aquello que me presionaba desde hacía ya bastante. Se había puesto detrás de mía, bajándome del todo la ropa.

Empezó a jugar con mi polla, primero tocándola con los dedos de arriba a abajo, pasando por mis huevos. Comenzó a masturbarme pegando sus dos grandes tetas sobre mi espalda, frotándose sobre mí, mientras con las dos manos cogía ya mi durísima polla, para después hacer realidad todas mis fantasías, poniéndose en frente, metiéndosela en la boca y mirarme con esa cara de viciosa que deseaba ver ahí abajo desde mis clases en la universidad…

Yo en ese momento, entrecerrando los ojos, por el placer, instintivamente, introduje mi mano en las braguitas ya mojadas de Sofi, que agradeció con un gemido profundo... dios estaba empapada, no dejaba de mirar a Jessi que seguía chupándomela sin parar.

Notaba su humedad en mi mano, e introduje los dedos hasta el final. Al principio, despacio, y luego más rápido... quería que se corriera, que gritara de placer. Ella gemía tímida agarrándose con los puños cerrados al sofá, con los ojos cerrados y moviendo la cadera al son de mis dedos, sintiendo como penetraban su coñito mojado, sus pezones eran dos bolitas que yo atacaba con mi lengua mientras ella me agarraba del pelo fuerte. Fui bajando mi lengua, por el canalón de sus tetas, deteniéndome en su ombligo y acercándome al corazón de sus deseos. Le besé las rodillas, los muslos; ella deseaba entregarse a mí y que llegara a su coñito y cuando metí mi lengua en él, empezó a gemir ya sin temer que lo escuchara…
Mientras, Jessi, se había quitado la poca ropa que le quedaba y se recostó a su lado, mientras observaba como seguía masturbando a Sofi... empezaron a besarse y yo arranque literalmente las braguitas de Sofi, para poder introducirle mi polla ya durísima. Quería metérsela hasta el fondo y que se corriera conmigo dentro...
Cuando se la metí empezó a gemir más fuerte, con los juegos estaba ya a punto, empecé a hacerlo cada vez más rápido y más rápido, ella seguía gimiendo, y, a su lado Jessi se masturbaba viéndonos follar, también quería follármela a ella… y en ese momento Sofi no pudo más y se corrió, convulsionando todo su cuerpo apretándolo contra el mío, casi quedándose sin respiración, nunca olvidaré su cara en ese momento…

Jessi que no se había movido en todo ese momento, la tenía al lado, masturbándose y mirándonos con esa cara de viciosa, de niña buena y a la vez perversa. La cogí del brazo, la puse a cuatro patas en el suelo y le metí la polla hasta el fondo. Empecé a follármela sin previo aviso con increíble fuerza, no podía casi ni respirar, solo pensaba en metérsela más y más dentro, quería hacerla gritar de dolor y de placer al mismo tiempo.
La puse de cara a Sofi, y Jessi captó el mensaje, y comenzó a jugar con su lengua y el coñito de ésta. Sofi volvía a encenderse, Jessi pasaba su lengua por el clítoris, sabía donde tocar, para que Sofi volviera agarrarse a ese sillón y empezara de nuevo a gemir.
Se tumbo Jessi boca arriba en el sofá, y Sofi encima de ella, empezaron a hacer un sesenta y nueve, chupándose y metiéndose los dedos rápido. Yo iba de una a la otra, aprovechando, introduciendo mi polla mientras se masturbaban la una a la otra, era un baile de gemidos y sudores…
Jessi, me tiro contra el sofá y se sentó encima mía, empezó a moverse haciendo círculos con mi polla dentro de su coño, y susurrándome al oído “¿quieres  correrte? Yo quiero que te corras en mi boca, quiero chupártela hasta que te quedes sin aliento” Empezó a saltar fuerte, mientras yo la abría más, cogiéndola del culo.
La penetraba con fuerza también, quería que se corriera, que gritara de placer, que su cuerpo y el mío se fusionara en uno, que su fuego hirviera con mi fuego…
Y cuando, en ese momento de frenesí, yo ya no podía más, se retiró, se puso de rodillas, cogió a Sofi, la puso a su lado y la hizo chupármela, metérsela hasta casi asfixiarla. Ambas me la lamían, yo no podía aguantar más, Jessi sabía lo que hacía, así que cogió, se la metió en la boca, empezó a chupármela todo lo rápido que pudo, yo la agarré del pelo fuerte y me hizo correrme a lo bestia… contra su garganta, no apartando su boca de mi polla hasta que no acabé de correrme…


Amaneció en el chalet de Sofi, una mañana clara y fresquita, dada la cercanía al lago. Recogimos, un poco soñolientos y bastante exhaustos, todo lo que habíamos dejado del día anterior. Cogimos los coches y tomamos la carretera de vuelta a casa.

Después de ese fin de semana, seguimos viéndonos por la universidad, en clase, cruzándonos por los pasillos, en los descansos; sin olvidar en ningún momento cuando coincidía con alguna de ellas, ese juego de los dados y esos labios suyos tan maravillosos...

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